Lo que parecía una tarde familiar perfecta terminó convirtiéndose en el nuevo foco de polémica para Wanda Nara. La empresaria fue una de las grandes protagonistas del fin de semana al asistir a la comunión de su sobrina, la hija mayor de Zaira Nara, pero un video grabado durante el festejo cambió por completo el tono de la celebración.

En las imágenes, que rápidamente comenzaron a circular en redes sociales, se puede ver a Wanda sentada en la mesa junto a varios integrantes del clan Nara. A su lado, aparece un hombre con quien intercambia gestos de cercanía, y en un momento, ambos se toman de la mano.

La secuencia dura apenas unos segundos, pero fue suficiente para que los seguidores de la mediática detectaran algo más que un gesto amistoso. Los usuarios no tardaron en vincular al acompañante con Martín Migueles, el empresario con quien Wanda ya había sido relacionada semanas atrás.

Según trascendió, el exjugador de rugby habría compartido más de un encuentro con la conductora de MasterChef, aunque ambos siempre evitaron confirmar cualquier tipo de relación. Lo que encendió aún más el escándalo fue la reacción de Mauro Icardi, quien desde Turquía habría visto el viaje de Wanda con Martín a Cataratas del Iguazú.

La escena se vuelve todavía más incómoda si se tiene en cuenta quiénes estaban en esa misma mesa: el ex de Wanda, Maxi López, acompañado por su hijo Valentino y su novia, el propio padre de las Nara, Andrés, y varios familiares más. Todo en un ambiente que, hasta ese momento, reflejaba alegría, flores, risas y una cuidada ambientación en tonos blancos y amarillos.

Mientras tanto, Wanda eligió no hacer declaraciones sobre el video. En sus redes, solo compartió postales tiernas junto a su sobrina, a quien le dedicó la frase: “Feliz comunión, amor de la madrina”, acompañada de un emoji de corazón. Un intento por desviar la atención hacia el motivo real del encuentro: la celebración religiosa.

Lo cierto es que, fiel a su estilo, Wanda volvió a quedar en el centro de la tormenta mediática sin decir una sola palabra. Una simple toma de cámara bastó para reavivar los rumores, encender la curiosidad del público y confirmar, una vez más, que nada de lo que rodea a su vida pasa desapercibido.