El secreto del Feng Shui para restaurar la paz en tu hogar después de una discusión
Cuando en casa hay una discusión, por pequeña que sea, el ambiente suele cargarse. Se siente en el aire, en la forma en que circula la energía, e incluso en el ánimo de quienes habitan el lugar. El Feng Shui, la antigua filosofía china que busca el equilibrio entre las personas y su entorno, propone distintos rituales para purificar el espacio y devolverle su armonía natural.
El primer paso es ventilar. Abrir puertas y ventanas permite que la energía estancada se renueve. Dejá que el aire entre, aunque sea unos minutos, y si podés, acompañá el momento con una música suave o sonidos de la naturaleza. Este simple gesto marca simbólicamente un nuevo comienzo.
Luego, es momento de limpiar con intención. No se trata solo de pasar un trapo o barrer, sino de hacerlo con conciencia. Podés utilizar una mezcla de agua tibia con unas gotas de vinagre y un poco de sal marina: según el Feng Shui, este preparado ayuda a eliminar las vibraciones negativas. Mientras lo hacés, repetí mentalmente frases como “mi casa está en paz” o “libero todo lo que ya no sirve”.
El uso de sahumerios, incienso o palo santo también es muy recomendable. Pasá el humo por cada habitación, prestando especial atención a las esquinas y rincones, que son los lugares donde la energía tiende a acumularse. Si no te gusta el humo, podés optar por difusores de aceites esenciales, como lavanda o romero, que aportan calma y claridad.
Otro paso clave es reordenar el espacio. Las discusiones suelen alterar la energía del hogar, y un pequeño cambio —mover un mueble, cambiar las sábanas o reorganizar una repisa— puede simbolizar un nuevo flujo de armonía. El Feng Shui enseña que cada objeto tiene su propia vibración, por eso mantener el orden es esencial para que la energía circule con libertad.
Finalmente, encendé una vela blanca en el centro de tu casa o en el ambiente principal. Representa la luz, la purificación y el nuevo comienzo. Mientras la vela arde, agradecé por la enseñanza del momento vivido y visualizá cómo la paz vuelve a llenar tu hogar.
Según el Feng Shui, todo espacio es un reflejo de quienes lo habitan. Por eso, más allá del ritual, lo importante es mantener una actitud de gratitud, apertura y amor. Cuando el hogar vibra en calma, también lo hacen quienes viven en él.
