En un partido clave y demasiado importante —que en otra circunstancia sería irrelevante, incluso con un equipo alternativo—, River juega mañana contra Talleres en Córdoba para intentar salir de la crisis más grave de los últimos 10 años (viene de 6 derrotas en 7 partidos) y llegar mejor parado al cruce del otro viernes por las semifinales de la Copa Argentina frente a Independiente Rivadavia, también en Córdoba.

Luego de la cuarta derrota consecutiva en el torneo Clausura, River recuperó esta semana a los jugadores ausentes por la Fecha FIFA y viaja esta tarde con la mayoría de los titulares, pero con las seguras bajas de dos jugadores muy importantes: El Huevo Acuña y Enzo Pérez. El lateral estuvo con la selección pero no jugó por un dolor en la rodilla y será cuidado; el capitán viene con una semana de tareas físicas de reacondicionamiento por el corte en la rodilla que sufrió ante Palmeiras. Ambos serán evaluados en la tarde, pero no serán titulares.

En cuanto al equipo que pondrá Marcelo Gallardo, es una gran incógnita: no solo porque tiene varios jugadores que llegaron ayer de la gira de la Fecha FIFA (Juanfer Quintero, Castaño, Galarza Fonda, Rivero, Acuña y Montiel), sino porque la semana que viene, el viernes 24, juega la semifinal de la Copa Argentina y debe decidir entre el cuidado de sus figuras y la necesidad de salir de la racha de derrotas y mal juego que atraviesa. El DT tiene que tomar decisiones entre esas dos urgencias.

Los datos curiosos que explican la malaria del River de Gallardo

El otro gran tema es el sistema táctico. Con el regreso de Rivero —en pocos partidos debe ser el único, junto a Armani, que no genera debate sobre su titularidad—, podría volver a esa línea de 5 con Martínez Quarta, Paulo Díaz y el propio Rivero, y dos laterales que podrían ser Montiel y hasta Galarza Fonda en la izquierda. Junto a Portillo, Galoppo y Nacho en el medio, y dos puntas a elegir entre Driussi, Borja, Colidio y Maxi Salas. De todos modos, el equipo es tan tentativo que no se sabrá hasta mañana mismo, antes del partido contra Talleres.

Gallardo sabe que jugar bien y ganar ante Talleres mañana a las 20:30 horas en el Mario Kempes es una obligación por varios motivos. Primero, para salir de la costumbre de la derrota; segundo, porque necesita puntos que le permitan no caer en la Tabla Anual y en el grupo pensando en la Libertadores 2026; y tercero, para llegar un poco mejor armado desde lo anímico al cruce del viernes contra Independiente Rivadavia —también en el Mario Kempes— por la Copa Argentina, que se transformó en el gran objetivo del año: está a dos partidos de un título, ese campeonato lo mete en la Libertadores y le da la chance de otra copa antes de fin de año.

Así las cosas, este River de Gallardo que está tarde se entrena en Ezeiza, luego vuela a Córdoba, y desde el lunes ya debe ponerse en modo Copa Argentina, sabiendo que no tiene margen de error —y menos de derrotas— si quiere ganar un título este año, para que el fenómeno que significó el regreso de Marcelo Gallardo en 2024 llegue al 2026 con alguna coronación tan urgente como necesaria.