El renacer del “Changuito” Zeballos: de las lesiones y la incertidumbre a volver a ser figura en Boca

Exequiel “Changuito” Zeballos encarna esa rara combinación de futbolista joven pero experimentado. Con apenas 23 años, ya suma más de un centenar de partidos con la camiseta de Boca, aunque su camino no fue lineal: dos lesiones graves —primero meniscos y luego ligamentos cruzados— lo alejaron de las canchas durante largos períodos. Sin embargo, hoy vive un resurgir que entusiasma al hincha xeneize.
El recorrido del Changuito Zeballos, por Cueste lo que cueste
Debutó el 29 de noviembre de 2020, ante Newell’s, apenas nueve días después de la muerte de Diego Maradona. Aquella tarde, el joven que había llegado desde Santiago del Estero con una mochila llena de sueños cumplía su anhelo de vestir la azul y oro en Primera. En ese Boca compartía plantel con figuras como Cardona, Villa, Fabra, Izquierdoz y Ávila, y en el banco ya esperaban otros jóvenes que luego darían el salto: Medina, Varela y Rossi.
Zeballos fue parte de una camada dorada de las inferiores xeneizes, junto a Alan Varela, Cristian Medina y Equi Fernández, futbolistas que se consolidaron en el club y algunos emigraron a Europa. Su talento era indiscutible: zurdo, rápido, con pegada precisa y conducción en velocidad, el “Changuito” llamaba la atención por su desequilibrio.
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En reserva llegó a marcar un hat-trick ante Sarmiento de Junín y fue convocado por Lionel Scaloni como sparring de la Selección mayor en una doble fecha de Eliminatorias frente a Uruguay y Brasil.
Su primer gol en Primera llegó ante Central Córdoba, el club de su provincia natal: un penal picado, con la serenidad de los distintos. Sin embargo, el gran golpe de su carrera llegaría tiempo después. En agosto de 2022, una durísima patada de Milton Leyendecker, jugador de Agropecuario, le provocó una fractura y rotura de ligamentos. Una lesión que lo dejó más de un año fuera de las canchas y que amenazó con truncar una carrera que recién comenzaba a despegar.
A partir de allí, Zeballos atravesó una etapa de incertidumbre y frustración. Rehabilitación, recaídas y falta de continuidad marcaron su retorno, mientras Boca cambiaba de entrenadores y renovaba su plantel. Incluso, muchos creyeron que su historia en el club había terminado tras el Mundial de Clubes en el que el equipo cayó ante Auckland City, en un encuentro en el que su actuación fue muy criticada.
Pero Zeballos no se rindió. Con el apoyo de Leandro Paredes y el respaldo de los referentes del vestuario, el santiagueño volvió a ganarse un lugar. Cambió su posición —ya no como extremo izquierdo sino más cerca del área, con mayor libertad creativa— y reencontró su mejor versión. En las últimas semanas, convirtió tres goles clave: dos frente a Belgrano y uno contra River, mostrando potencia, definición y confianza.
El “Changuito” recuperó lo que parecía perdido: su sonrisa, su velocidad y, sobre todo, su protagonismo. Hoy, tras un largo recorrido de obstáculos, Ceballos se afirma como uno de los jugadores más determinantes del fútbol argentino.
BP
