El papa León XIV llegó al Líbano y pidió frenar la emigración en medio de la peor crisis del país
El papa León XIV llegó este domingo a Beirut en el marco de su primera gira internacional como jefe de la Iglesia católica, con un mensaje centrado en la paz, la reconciliación y un llamado explícito a los ciudadanos a no abandonar su tierra pese al deterioro social, económico y político que atraviesa el país. El Pontífice fue recibido por el presidente Joseph Aoun en el aeropuerto internacional y luego trasladado al palacio presidencial, donde brindó un discurso de fuerte contenido social y espiritual.
La escala en el Líbano se produce después de su visita a Turquía y forma parte de una gira apostólica con foco en el diálogo interreligioso y la estabilidad regional. En territorio turco, León XIV apuntó de manera directa contra la desesperanza que empuja a miles de jóvenes a emigrar: sostuvo que quedarse —o regresar— al país “exige coraje y visión de futuro”, y remarcó que la reconstrucción nacional requiere de un compromiso colectivo que no puede demorarse más.
“Es comprensible sentir miedo frente a la incertidumbre, pero el futuro no se edifica desde el abandono, sino desde la responsabilidad compartida”, señaló ante autoridades políticas, religiosas y representantes de la sociedad civil.
El líder de la Iglesia pidió dejar atrás rencores, alentar el diálogo entre comunidades y apostar por acuerdos duraderos que permitan cerrar heridas abiertas desde hace años.

Un país golpeado por crisis encadenadas
Desde 2019, el Líbano atraviesa una secuencia de sacudones que afectaron de lleno a su tejido social: el colapso financiero que pulverizó los ahorros, la explosión del puerto de Beirut en 2020 que devastó barrios enteros y la escalada bélica en la frontera sur con Israel, con Hezbolláh como actor central. A esta trama se suman la inestabilidad política crónica, los cortes de servicios esenciales y la pérdida de poder adquisitivo de amplios sectores de la población.
En ese contexto, la emigración se convirtió en una salida frecuente, sobre todo entre jóvenes profesionales. La comunidad cristiana —históricamente influyente en la política libanesa— también se vio reducida por el éxodo. Sin cifras oficiales consolidadas, distintos centros de investigación estiman que cientos de miles de libaneses dejaron el país en la última década.
La agenda regional y la “solución de dos Estados”
Durante el vuelo hacia Beirut, el líder católico volvió a pronunciarse sobre el conflicto entre Israel y Palestina y planteó que la convivencia de dos Estados es “la única vía posible para una paz justa y duradera”. La Santa Sede sostiene desde hace años esta postura y reconoce al Estado palestino, al tiempo que impulsa instancias de mediación y asistencia humanitaria en los territorios más afectados.
El Pontífice también recibió mensajes de distintos actores libaneses. El movimiento Hezbolláh lo exhortó a condenar lo que calificó como “agresiones” israelíes, mientras que sectores civiles reclamaron gestos internacionales más contundentes para evitar una nueva escalada en la frontera.
La presencia del Papa en el Líbano —la primera de un pontífice desde 2012— fue acompañada por medidas especiales del gobierno, que decretó días festivos y desplegó un amplio operativo de seguridad. Miles de personas salieron a las calles con banderas y pancartas para saludarlo en su recorrido por los suburbios de Beirut, incluidos barrios del sur considerados bastiones de la organización terrorista.
A lo largo de su estadía, León XIV mantendrá reuniones con líderes religiosos de distintas confesiones, celebrará una misa multitudinaria y visitará espacios vinculados a la atención de víctimas de la crisis económica y del conflicto. El Vaticano adelantó que el mensaje central será insistir en la convivencia interreligiosa y en “la cultura del encuentro” como herramienta contra la fragmentación política y social.
