El drama que casi queda vetado en Corea del Sur y se convirtió en un éxito de Netflix
En el vasto catálogo de series surcoreanas que llenan Netflix, hay una que se destaca por su intensidad, su mirada incómoda sobre la adolescencia y el filo permanente entre la moral y la supervivencia. Se trata de “Extracurricular”, un drama que generó controversia en Corea del Sur incluso antes de su estreno y que, por su temática, estuvo cerca de ser censurado. Sin embargo, lejos de quedar relegada, se convirtió en un éxito internacional gracias a su trama tan dura como adictiva.
La historia de Netflix sigue a Oh Ji-soo, un estudiante modelo que lucha por sobrevivir sin recursos, sin apoyo familiar y con un futuro que parece desvanecerse. Para poder pagarse la universidad y sostener una vida mínima, el joven lleva adelante un negocio ilegal que nadie —ni sus profesores ni sus compañeros— imaginaría. Todo funciona bajo una estricta regla personal: jamás involucrarse emocionalmente ni salirse de su propio código. Pero cuando una compañera descubre su secreto, la delgada línea que sostenía su doble vida empieza a desmoronarse.

“Extracurricular” es una serie que rompe con el estereotipo del K-drama romántico. Acá no hay historias dulces ni tonos ligeros: lo que domina es el suspenso, la tensión psicológica y la sensación permanente de que todo puede explotar en cualquier momento. Netflix la presenta como un thriller juvenil, pero en realidad es mucho más que eso. Explora la desigualdad social, la desesperación de los jóvenes por sobrevivir al sistema y los límites —o la ausencia de ellos— cuando la vida no deja otra opción.

¿Por qué verla? Porque es una serie surcoreana distinta a todas: cruda, incómoda, inteligente y adictiva. Cada episodio deja una pregunta, un dilema moral o un giro inesperado. Y porque, aunque la polémica en Corea del Sur la puso en el centro del debate, fue precisamente esa honestidad brutal lo que la convirtió en un fenómeno de Netflix que hoy miles de espectadores recomiendan.
Un drama potente, arriesgado y sorprendente que demuestra que, a veces, las series más discutidas son también las que más vale la pena ver.
