El día que Mercedes Sosa y Soledad Pastorutti se eligieron para sanar
En una noche cargada de emoción y memoria en el Teatro Colón, Soledad Pastorutti se convirtió en una de las voces más esperadas del homenaje “Gracias Mercedes”, organizado por el canal de streaming OLGA para conmemorar los 90 años del nacimiento de Mercedes Sosa.
Pero más allá de su interpretación de “Alfonsina y el mar” y “Zamba para no morir”, lo que conmovió al público fue su relato íntimo sobre la compleja relación que la unió a la legendaria cantora tucumana. Soledad Pastorutti recordó con honestidad y sin filtros cómo, durante años, su figura emergente fue puesta en contraposición a la de Mercedes Sosa.
“Había una rivalidad muy grande. Ustedes a lo mejor no lo saben, son muy chicos, pero Mercedes Sosa y Soledad era como River-Boca”, confesó ante el público del Colón. La comparación, aunque dicha con respeto, reflejaba la tensión que se vivía en el ambiente del folclore argentino a fines de los años 90 y principios de los 2000.
La Sole, que irrumpió en la escena con apenas 16 años, fue resistida por sectores puristas del género, que veían en ella una amenaza a la tradición. “Mi presencia fue muy resistida. Yo era una nena que venía con otra energía, con otra estética, y eso generó ruido”, explicó.
En ese contexto, la figura de Mercedes, ya consagrada como la voz de América Latina, se convirtió, sin quererlo, en el espejo opuesto. El punto de inflexión llegó el 25 de mayo de 2007. Ambas artistas debían cantar el Himno Nacional en Plaza de Mayo, pero Soledad se retiró antes de que Mercedes llegara, debido a otro compromiso.
Al salir, un grupo de fans de La Sole insultó a la tucumana. “Me sentí muy mal. No era mi intención, pero me dolió que eso pasara”, relató. Movida por la culpa, decidió volver al lugar para pedir disculpas.
Amistad
Fue entonces cuando Fabián Matus, hijo de Mercedes, la recibió en el camarín. Y allí ocurrió lo inesperado: “Tenemos que terminar con esto. Tenemos que cantar juntas”, le propuso Mercedes. Ese gesto de grandeza y reconciliación selló el inicio de una nueva etapa entre ambas.
La reconciliación se materializó poco tiempo después en el escenario del Teatro Gran Rex, donde interpretaron juntas “Canción del jangadero”. Pero el momento más simbólico llegó con el álbum Cantora, el último gran proyecto discográfico de Mercedes Sosa. Soledad fue la primera artista en grabar con ella para ese disco, en una versión conmovedora de “Agua, fuego, tierra y viento”.
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