El defensor de Belgrano Lisandro López juega a otro nivel



El fútbol de la Primera división es cada vez más aburrido. Este torneo organizado por AFA y sus dirigentes cómplices atentan contra una evolución del nivel. Y no, no quiero parecer esos viejos que dicen que todo lo pasado fue mejor. No creo que sea así, ya que la razón está alejada al talento o no de los futbolistas, sino a la competitividad. Hay partidos que son un fiasco mayúsculo, y que encima los arbitrajes contribuyen a que todo sea mirado de reojo y con ciertas dudas.

Por eso, en medio de esa escasez de brillantez, cuando voy a la cancha me dedico a ver jugadores en específico, sus movimientos, con o sin pelota, cómo se paran en la cancha y ocupan espacios, cómo adelanta líneas o retrocede. Y se pueden ver cosas muy interesantes, lo que solidifica mi argumento: no es culpa del talento de los jugadores. Es el sistema de competitividad.

Es habitual, y claro está, que nos quedemos con los futbolistas que juegan de mitad de cancha hacia adelante. Es muy difícil no caer en la tentación de seguir los movimientos de Lucas Zelarayán, Alex Luna o Ruben Botta. Sin embargo, intento buscar otra cosa, como en aquel cuento de Rodolfo Bracelli.

Y en este semestre, cada vez que fui al Gigante de Alberdi, me fijé en un defensor: Lisandro López.

La jerarquía de ese tipo sobresale. Cada movimiento del marcador central de Belgrano parece pensado previamente, sus cortes, su timmig para frenar rivales, sus primeros pases, sus transiciones, cuando va a cabecear y retrocede. La cabeza levantada siempre, el gesto indicativo a algún compañero, las arengas a sus compinches del fondo, y vuelvo a repetir: sus cruces, sus cortes; los delanteros rivales realmente no la pasan bien cuando les toca enfrentar a Lisandro López.

Lisandro López: “Talleres me quiso, pero Belgrano fue prioridad”

Sí, está respaldado por Morales, no hay dudas de eso; pero él también respalda a su compañero de zaga –al que le toque – y a sus laterales, y al volante central que juegue.

Cuando Lisandro llegó a Alberdi en el último mercado de pases, se sabía que se sumaba un futbolista de 35 años, con una carrera forjada en clubes de renombre tanto en Argentina como en el exterior; y que esta incorporación no solo respondía a una necesidad táctica, sino que también representa un salto de calidad en la estructura del equipo. Y vaya que cumplió. Ricardo Zielinski sabe que tiene en López un futbolista de jerarquía, que supo estar en la Selección nacional y que tiene un nivel de Selección. Ojo, ojo, no es que lo estoy pidiendo para la ‘Scaloneta’ (en estos tiempos de sensibilidad y crítica fácil, todo hay que aclarar), sí que su juego es fabuloso.

Belgrano se reforzó con un jugador importante para la defensa

Cuando tiene la pelota, lo vemos todos, su seguridad y firmeza resaltan, y también cuando no la tiene. Es voz de mando, cubre espacios y reordena, despeja con criterio y concepto, pocas veces le ganan en una mano a mano -no lo gambetean-, bloquea tiros… Hasta su pose corporal en el terreno de juego -repito: con o sin pelota- marca un estilo de un jugador notable. Posee una claridad que es refresco en tiempos donde hay poco por ver.

Por eso, los futbolistas en nuestro país siguen siendo picantes, de ellos no es la culpa de que los partidos sean, a veces, taaaan aburridos.





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