EEUU le armó a Milei una ingeniería financiera para sortear el cerco político al endeudamiento
El Tesoro de Estados Unidos reveló el menú de opciones para las que Argentina califica y podría obtener un salvataje financiero. La elección de las herramientas no es caprichosa: tanto el swap de USD 20.000 millones, como la compra de bonos argentinos en dólares o incluso el crédito stand- by del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF) podrían sortear la barrera del Congreso. La figurita difícil de Javier Milei y Luis Caputo para avanzar con un financiamiento del que aún no se conocen condicionamientos, pero sí exigencias que apuntan en un sentido: que el dólar salga a flotar lo antes posible.
“El diablo está en la letra chica”, graficó a PERFIL un exfuncionario económico que conoce los mecanismos que estudia EE.UU. La expectativa es que el dinero llegue después de las elecciones de octubre. Si el Gobierno obtiene un buen resultado y mejora su posición en el Palacio legislativo, la resistencia que pueda oponer ese poder del Estado se diluiría. Pero, si por el contrario, el oficialismo sufre un nuevo revés electoral, el acuerdo con el país norteamericano incluiría distintas estrategias con las que igual lograría asistir al único Gobierno de América Latina que busca alinearse en términos geopolíticos.
Recompra de bonos
La máxima autoridad económica de EE.UU., Scott Bessent, especificó que su país compraría tanto títulos de emisión primaria (vía licitación) como secundaria (ya emitidos). Para los últimos, se trataría simplemente de una inversión en el mercado secundario, le explicó a PERFIL un economista que pasó por la gestión pública y estuvo en mesas de negociación con organismos internacionales. En ese caso, no debería pasar por el debate de las Cámaras legislativas y podría rescatar parte de la deuda con bonistas privados que le generan al Ejecutivo vencimientos por USD 4.200 millones en enero.
El swap de Estados Unidos rescataría a la Argentina de un default en 2026
Para el caso de que el Tesoro local emitiera nuevos papeles, hay lecturas disímiles. Esa misma fuente planteó que, por la llamada Ley Guzmán, la emisión debería, indefectiblemente, ser aprobada por ambas Cámaras. Sin embargo, otra voz que también formó parte de la primera línea del equipo económico de un gobierno anterior, consideró que el Tesoro podría emitir bajo el límite que permite el Presupuesto 2023 vigente (prorrogado) y que la Secretaría de Finanzas argentina emita un nuevo título a la medida de los requerimientos de EE.UU. o direccionado a que el único oferente que pueda comprarlo en el mercado sea el Ejecutivo norteamericano.
Swap
El intercambio de monedas entre Bancos Centrales (swap) tampoco tiene que pasar por el debate parlamentario, ya que no es el Ejecutivo el que generaría, en ese caso, la deuda en dólares ni se trataría de un desembolso, sino de una línea de crédito disponible. El mecanismo consistiría en lo siguiente: el Banco Central y la Reserva Federal estadounidense firmarían un convenio estableciendo el monto total del swap (USD 20.000 millones) y el plazo del mismo. Si el Gobierno argentino necesitara reforzar sus reservas o intervenir en el mercado cambiario para frenar una corrida, el BCRA podría «activar» una parte o la totalidad del swap.
Crédito stand-by
Un crédito stand-by, en tanto, entraría en una zona gris legal. A diferencia de un intercambio de monedas, un préstamo es un «empréstito» en toda regla, una facultad que la Constitución Nacional en su artículo 75 reserva de manera exclusiva al Poder Legislativo. Cualquier intento del Ejecutivo por tomar esta deuda sin el aval parlamentario sería interpretado no solo como un atajo para eludir el espíritu de la «Ley Guzmán», sino como un desafío directo a la división de poderes, arriesgando una crisis institucional y sembrando dudas sobre la legitimidad misma de la operación. Sin embargo, la experiencia del último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ofrece una salida: un decreto de necesidad y urgencia que tenga los lineamientos principales.
Bonos y acciones argentinas subieron tras los anuncios del Secretario del Tesoro de EE.UU.
«El Fondo es el Tesoro»
El rescate estadounidense parece tener las mismas exigencias con las que el Fondo insistió de manera constante en las negociaciones con Caputo y su equipo económico. Sobre todo en cuanto al tipo de cambio. La reciente ex “número dos” del organismo internacional, Gita Gopinath, a poco de dejar su cargo, escribió una pista en la red social X: “El apoyo estadounidense sin duda ayuda a prevenir fluctuaciones cambiarias especulativas. Sin embargo, un progreso duradero requerirá que Argentina adopte un régimen cambiario más flexible, acumule reservas y genere apoyo para sus reformas internamente”.
El exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, también reflexionó sobre el caso argentino en una nota de su autoría publicada en el Financial Times. “Argentina debería flotar su moneda de inmediato”, aseveró en medio de especulaciones sobre modificaciones en el esquema cambiario después de los comicios legislativos.
Pero para Werner el giro de 180 grados debería ser ahora. “Invertir recursos significativos en defender la banda cambiaria actual antes de las elecciones debilitará la resiliencia financiera y dificultará la transición a una futura flotación. Por lo tanto, es crucial hacerlo durante un período de fortaleza financiera, inmediatamente después de anunciar el paquete de apoyo”, determinó el exfuncionario.
Además, planteó que la asistencia “debería incluir condiciones que promuevan la formación de coaliciones, vinculando los desembolsos a la aprobación del Congreso de un presupuesto plurianual, a la reforma tributaria y a la autonomía del Banco Central, así como a las políticas aquí descritas”. Las declaraciones de los “ex” no son casuales. “El Fondo es el Tesoro”, definió una persona que fue protagonista del tira y afloje con la entidad que conduce Kristalina Georgieva en varias ocasiones.
Por lo pronto, el Central lleva ya tres ruedas sin intervención en los mercados, en medio de un rally de optimismo que empujó el anuncio de EE.UU. La eliminación de las retenciones para granos y carnes ya generó ingresos de divisas por USD 7.000 millones, el tope establecido por el Gobierno para la medida. De facto, ya se cumplió uno de los requisitos que dejó plasmado Bessent en su tuit. “Estamos trabajando con el Gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas”, escribió.
AM/ML