Dormir con el cabello mojado: el hábito común que puede dañar más de lo que imaginás
Después de una ducha relajante, muchas personas eligen acostarse con el pelo todavía húmedo. Puede parecer un gesto inocente —sobre todo cuando el cansancio gana—, pero este pequeño hábito nocturno puede convertirse en el enemigo silencioso de un cabello saludable y una piel equilibrada.
Dormir con el pelo mojado no solo provoca el clásico frizz que arruina cualquier peinado, sino que también debilita la fibra capilar. Cuando está húmedo, el cabello se vuelve más elástico y frágil, lo que hace que se quiebre fácilmente con el roce de la almohada. A la mañana siguiente, el resultado suele ser un pelo sin forma, más seco y con las puntas abiertas.
Pero hay un detalle que muchas veces se pasa por alto: la humedad retenida durante horas también puede alterar el cuero cabelludo. Los dermatólogos advierten que dormir con el pelo mojado puede generar irritación, caspa e incluso favorecer la aparición de hongos o mal olor, especialmente si el ambiente es cálido o húmedo.
Además, esa sensación de frío durante la noche puede afectar el descanso y, en invierno, hasta provocar molestias musculares o resfríos leves.
La buena noticia es que evitar estos problemas es sencillo. Los especialistas recomiendan secar el cabello al menos en un 80% antes de dormir, usar una toalla de microfibra —más suave y absorbente que las tradicionales— y, si podés, cambiar la funda de la almohada por una de satén o seda, que reduce la fricción y mantiene el brillo natural del pelo.
También podés aplicar un poco de aceite liviano o crema para peinar antes de acostarte: protegerá las puntas y dejará el cabello más manejable al despertar.
Dormir bien y cuidar tu cabello no tienen por qué estar reñidos. Solo hace falta un pequeño cambio en tu rutina nocturna para que tu pelo luzca más fuerte, brillante y saludable cada mañana.
