Cristina Pérez lloró desconsoladamente en vivo en Telefe: «No lo puedo creer»
En La Peña de Morfi se vivió este fin de semana uno de esos momentos que quedan grabados en la memoria de la televisión. Todo comenzó como una típica escena del programa: Diego Leuco y el equipo le acercaron un plato tapado a Cristina Pérez que estaba de invitada. Pero apenas vio lo que había adentro, su reacción sorprendió a todos.
“No lo puedo creer… chupín de pescado”, dijo con la voz entrecortada, completamente descolocada y sorprendida, además de emocionada, muy parecido a cuando Luciano Pereyra se quebró al hablar de su mamá. Enseguida, Leuco la acompañó: “Esto tiene que ver con tu papá”. Y tenía razón.
Apenas escuchó esas palabras, Cristina se tapó la cara con las dos manos, apoyó los codos sobre la mesa y se quebró por completo. No pudo hablar durante largos segundos; sus manos temblaban cuando intentó agarrar el plato. El silencio en el estudio fue absoluto.
Cuando finalmente pudo recuperar un poco el aire, explicó la profundidad de su emoción: “Es lo primero que me animé a cocinar hace poco, porque sentí que de esa forma, un poco estaban en mis manos las manos de mi viejo”.
LA HISTORIA DE CRISTINA PÉREZ Y SU PADRE:
La periodista contó que su padre falleció hace muy poco tiempo y que incluso le dedicó su último libro. “Se fue con una dignidad…”, dijo, intentando mantenerse entera. Y enseguida agregó: “Mis padres tuvieron una vida difícil. Eran polos opuestos, muy convulsionados entre ellos, pero se amaban. Nosotros vivimos esa convulsión y también sufrimos verlos vivir vidas tan duras”.
El recuerdo de su papá la atravesó por completo. “Mi padre no aguantó la muerte de mi mamá. No la soportó. A pesar de estar en pareja hace años con una mujer maravillosa, María Inés, le reapareció un cáncer muy duro”, relató con una crudeza que emocionó al panel.
“La dignidad que tuvo mi padre… cada vez que tengo un problema, me acuerdo de él”, continuó. Y para ilustrar esa fortaleza, reveló una anécdota íntima: “Un día estábamos todos muy preocupados, él nos mandó un video bailando y cantando. Le dolía todo, pero igual sonreía. El dolor que tenía era insoportable”.
El chupín de pescado funcionó como un puente directo hacia esos recuerdos. Un plato familiar, sencillo, pero cargado de historia. “Cocinarlo fue como volver a sentirlo conmigo”, confesó mientras secaba sus lágrimas. La escena, tan humana como inesperada, se viralizó rápidamente. No sólo por la sensibilidad de Cristina, sino por la autenticidad de un duelo aún abierto.
