Coti Romero reveló cuál fue el peor momento de su vida: «No quería vivir»


Coti Romero, conocida por sus enfrentamientos con Julieta Poggio y Dani Celis, no tardó en convertirse en una figura seguida por miles de fanáticos. Después del encierro, apostó por su carrera mediática y se sumó a El Bailando. Sin embargo, detrás de las luces y la exposición, estaba viviendo un infierno personal que hasta ahora había mantenido en silencio.

En una entrevista, la correntina reveló el trasfondo de esa etapa y no dudó en ponerle palabras al dolor: “Yo tuve un problema de autoflagelación, estuve muy mal. Llegué a decir que no quería seguir viviendo. Justo me tocó en la época de El Bailando, cuando estaba terminando con El Conejo, y fue uno de los momentos en los que más toqué fondo”.

El hermetismo, confesó, respondía al miedo al qué dirán. “Me daba vergüenza contar lo que me estaba pasando, hasta que me di cuenta de que hay mucha gente que atraviesa lo mismo. Yo tenía a mi familia y a mis amigos hablándome todo el tiempo, pero quería estar sola y aislarme del mundo. Con terapia logré verlo distinto y entendí que no debía ocultarlo”, aseguró Romero.

La joven también apuntó contra quienes cuestionan su derecho a sentirse vulnerable. “No es algo bueno lo que hice, pero si sirve para ayudar a otros, está bien. Mucha gente me dice ‘qué problemas vas a tener vos’, pero no es así. Lo que para uno puede ser mínimo, para otro puede ser devastador. No hay que minimizar el dolor ajeno”, lanzó con crudeza.

LA CONFESIÓN DE COTI ROMERO

En su relato, Coti Romero marcó la diferencia entre lo que mostraba ante las cámaras y lo que realmente vivía puertas adentro. La exposición, lejos de ayudarla, intensificaba la presión: “Me ha pasado que estaba muy mal y tenía las cámaras enfrente, pero no me voy a quejar de eso porque yo lo elegí. Siempre hay que sacar algo bueno de todo lo malo”.

Finalmente, sintetizó la contradicción de aquellos días: “Eran como dos vidas distintas: la vida en la que estaba totalmente destruida y la que quería fingir hacia afuera. Me sentía como si me patearan en el piso, y nadie lo sabía. Estaba destrozada y encima me criticaban. Siempre hay que sacar algo bueno de lo malo, y en mi caso, todo eso me sirvió para crecer”.

 



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