Julieta Silva, condenada por el asesinato de su pareja Genaro Fortunato y ahora acusada de agredir a su esposo, fue enviada este lunes por la tarde al penal tras violar la restricción de acercamiento que tenía respecto a la hija y a la ex novia de su actual pareja.

La mujer enfrenta ahora, además de la imputación por supuestamente golpear a su novio, una acusación por desobediencia a la autoridad y amenazas.

Según publicó Diario Uno de Mendoza, Silva se habría comunicado con la ex pareja de su actual novio -y denunciante en la causa por lesiones- y su hija.

A raíz de este nuevo episodio y para evitar que influencie en las declaraciones del denunciante, la Justicia determinó que sea trasladada a un penal.

En cuanto a la niña, hija de Silva y el denunciante, este lunes se dio a conocer que fue abordada por profesionales del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) con el objetivo de poner en marcha todas las medidas de protección necesarias para resguardar su integridad.

En ese sentido, desde el Juzgado de Familia determinaron que la niña quede bajo la custodia de su abuela materna.

Julieta Silva, tras cumplir su condena por el homicidio de su entonces novio Genaro Fortunato, se casó con su nueva pareja, Lucas Giménez. El jueves 24 de julio fue denunciada por él por lesiones leves.

En un primer momento, la Justicia le otorgó prisión domiciliaria para que estuviera al cuidado de su hija de un año, hasta este lunes cuando el beneficio le fue revocado.

Las acusaciones que recaen sobre Julieta Silva son lesiones leves, amenazas y desobediencia a la autoridad, según información de la Justicia.

EL ASESINATO DE GENARO

Silva y Fortunato salieron a bailar el 9 de septiembre de 2017 al boliche La Mona. Allí tomaron bebidas alcohólicas y, en algún momento de la noche, discutieron. La discusión siguió afuera. Bajo la lluvia y en plena madrugada, la chica se subió a su auto, Genaro se acercó a la ventanilla, intentó hablar con ella y la mujer aceleró lo que provocó que él cayera al piso.

Aceleró pero a los pocos metros frenó de golpe e hizo marcha atrás pasando por encima de Genaro provocándole la muerte. En el juicio declaró que nunca lo vio y que, en realidad, volvió atrás para devolverle su celular.

Por este caso, Silva recibió una pena a tres años y nueve meses por homicidio culposo agravado por conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo, es decir, que no tuvo la intención de matar a Fortunato. Además, le sumaron ocho años de inhabilitación para manejar.