Cómo los celos, la intimidad perdida y la distancia marcaron el fin de Nicole Kidman y Keith Urban
En un giro que conmocionó al mundo del espectáculo, la actriz australiana Nicole Kidman, de 58 años, presentó el 30 de septiembre de 2025 una demanda de divorcio contra su esposo, el cantante country Keith Urban, de 57, poniendo fin a un matrimonio que duró casi dos décadas y que parecía inquebrantable.
La pareja, que se casó en 2006 en una ceremonia íntima en Sídney, se presentó como un ejemplo de estabilidad matrimonial en la volátil industria del entretenimiento, superando desafíos como la adicción de Urban a las drogas en sus primeros años juntos.
Sin embargo, fuentes cercanas a la pareja revelaron que la separación se gestó durante meses, con la mudanza de Urban como punto de inflexión decisivo. Kidman, conocida por su versatilidad en roles intensos y controvertidos, citó «diferencias irreconciliables» en los documentos judiciales, un eufemismo legal que apenas rasca la superficie de las tensiones subyacentes.
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La noticia se conoció el 29 de septiembre y los medios estadounidenses contaron que la pareja había comenzado a vivir por separado a principios del verano de 2025. Kidman, protagonista de éxitos como “Big Little Lies” y “Moulin Rouge!”, fue vista por primera vez post-divorcio el 1 de octubre en Nueva York, luciendo serena pero visiblemente afectada, según el New York Post.
Urban, por su parte, mantuvo un perfil bajo, enfocándose en su gira musical, lo que ha alimentado especulaciones sobre el origen de la fractura. Fuentes anónimas describieron a Kidman como «sorprendida» por la iniciativa de Urban en la separación, quien habría tomado la decisión tras años de distanciamiento emocional.

Por qué se divorciaron Nicole Kidman y Keith Urban
Entre las causas más citadas por la prensa especializada, especialmente la británica, destaca la creciente incompatibilidad derivada de sus carreras demandantes. Kidman, inmersa en una racha de proyectos cinematográficos de alto voltaje, y Urban, con compromisos en giras y grabaciones, apenas coincidían en tiempo y espacio.
Según el diario británico The Times, esta «falta de intimidad» se agravó por sus agendas «abrumadoras», llevando a una convivencia en «vidas separadas» durante al menos tres años. Un informe de The Mirror subrayó cómo la distancia geográfica y la diferencia de horarios —ella en sets de filmación en Europa y EEUU, él en escenarios de Nashville— erosionaron el vínculo, culminando en una rutina de «soledad compartida». No se menciona infidelidad en ninguna fuente creíble, lo que sugiere un desgaste gradual más que un escándalo repentino.
Sin embargo, la narrativa gira en torno a un tema más visceral: los celos de Urban ante los roles sexualmente explícitos de Kidman en sus producciones recientes. La actriz, que a sus 58 años abraza personajes «liberadores» y provocativos, protagonizó últimamente una serie de películas con escenas íntimas que han generado controversia.
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En “Babygirl”, un thriller erótico estrenado en 2024, Kidman interpreta a una ejecutiva en una relación adúltera con un joven subordinado, con secuencias de sexo gráfico que ella misma describió como tan intensas que requirieron pausas en el rodaje porque «no quería ser tocada de nuevo» durante semanas. Esta confesión, hecha en una entrevista con The Sun en octubre de 2024, resurgió como evidencia de la tensión marital.
The Sun informó que Urban, pese a poner «una cara valiente» ante los comentarios públicos de Kidman sobre su «sexualidad explorada», luchaba internamente con las «escenas calientes» de su esposa con coestrellas jóvenes y atractivos, como en “Babygirl” o roles previos en “Big Little Lies”, donde exploró temas de violencia sexual.
Un fuente de Hollywood citada por el medio británico afirmó: «Keith toleraba los roles subidos de tono de Nicole y todos los comentarios que hacía sobre su sexualidad, pero al final fue demasiado».
Esta especulación se ve reforzada por un incidente de 2024, cuando Urban respondió de manera cortante a un locutor de radio británico que indagaba sobre las escenas eróticas de Kidman en “Destroyer” y otros proyectos, un intercambio que ha sido reinterpretado como señal de incomodidad latente.
Los medios europeos coincidieron en que la «carrera X-rated» de Kidman, con una sucesión de papeles que desafían la imagen tradicional de estrella de Hollywood, pudo haber sido el «desencadenante final».

La actriz defendió su derecho a desarrollar «papeles maduros y sensuales» como forma de empoderamiento, admitió en LADbible que algunas escenas en “Babygirl” eran tan explícitas que «las esconderías«.
Fuentes allegadas describieron estas filmaciones como «la gota que colmó el vaso», exacerbando las inseguridades de Urban en un matrimonio donde el equilibrio entre fama y privacidad siempre fue precario. Otros dijeron que Urban «tenía problemas» con estas intimidades en pantalla, que contrastaban con su propia imagen conservadora en la música country.
Más allá de los celos, otros factores emergen en el mosaico de reportes. El «deseo abrumador» de Kidman por roles más audaces reflejaba un cambio personal que Urban no pudo asimilar, dijeron unos. Otros apuntaron a presiones externas, como el impacto de separaciones de amigos cercanos en el círculo de Hollywood, aunque sin detalles específicos.
La pareja, que tiene dos hijas —Sunday Rose, de 17 años, y Faith Margaret, de 14—, priorizará la custodia compartida, según documentos judiciales revelados por medios estadounidenses. Kidman, ex esposa de Tom Cruise, planea enfocarse en su carrera y familia, mientras Urban ajusta letras de canciones dedicadas a ella para reflejar nuevos capítulos.
(ds)