Ceremonia secreta | Perfil



A poco de cumplirse veinte años de la salida del Borges, de Adolfo Bioy Casares, la editorial Mardulce, a instancias de su editor D.T. (así lo consignan las líneas de la contratapa), publica La ceremonia del desdén, primer libro póstumo de Luis Chitarroni y muy posiblemente uno de los trabajos verdaderamente importantes e ineludibles que se han escrito sobre el Diario, como llama el autor de Peripecias del no al mamotreto.

Tal vez, porque como señala Edgardo Scott en su prólogo, esas páginas sean el “gran fragmento” entre todo lo registrado en ese vastísimo océano que representan los diarios de Bioy Casares, y sobre todo porque de esa manera operaba contra el riesgo y la creencia de que el “objeto del libro es Borges”, y sumariamente se omitiera la literatura. Por lo demás, una tentación difícil de soslayar y algo que, sin embargo, efectivamente ocurrió, producto de lecturas apresuradas e indignadas, en cuyo ejercicio y acto reflejo de la paráfrasis ejemplificadora a Bioy le tocó representar el papel despreciable y post mortem del traidor.

Chitarroni (lector predestinado a estas páginas) utiliza el comentario, el fragmento, la nota, y elude el encadenamiento deliberado y serial de ideas; el lector puede arriesgar o intuir que el proyecto original no fue transitar el ensayo clásico, hecho que, es de suponer, le hubiese demandado un acto de mayor rigurosidad estructural.

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Puede también que le fuese funcional a su estilo digresivo y acaso –y sobre todo– porque la mejor manera de pensar y escribir sobre un diario sea sustraer su forma, trabajar sobre su inmanencia y apostillarlo.

En el medio está la bitácora del largo viaje que por la literatura argentina del siglo XX emprendieron Borges y Bioy Casares, viaje que transitaron omitiendo casi por completo buena parte de los acontecimientos culturales más relevantes de ese siglo, al que todavía cuesta rotular como pasado y a cuya ceremonia secreta y de iniciación Chitarroni bien podría haber sido invitado, si el temario de la noche no omitiera el registro de la práctica del desdén a su propia contemporaneidad, por esa suerte de “Jano bifronte”.

Entretanto, Chitarroni pasa lista al estilo que Bioy utiliza, al que califica de admirable y al que señala como conveniente a la vida de Borges, alegando temerariamente, y aun a riesgo de equivocarse, que aquello “que permanece fuera del Diario, ese fuera de campo temporal o inmencionado (…) tiene una apariencia decepcionante”.

Como siempre en Chitarroni, la argumentación (nunca exenta de erudición y de conexiones impredecibles y sorprendentes) prescinde de los favores de la transparencia. El acto de lectura sobre sus textos –y este no es la excepción, aunque su brevedad mitiga el efecto de complejidad– es siempre una práctica de desciframiento extremo, un convite que el lector incauto sopesará con las herramientas que tenga a mano antes de recoger el guante, y el lector advertido tomará casi como una fatalidad o un ejercicio de resultado incierto: enfrentar la contingencia de la extenuación.

La ceremonia del desdén

Autor: Luis Chitarroni

Género: ensayo

Otras obras del autor: El carapálida; Peripecias del no; Siluetas; La noche politeísta; Mil tazas de té

Editorial: Mardulce, $ 25.000





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