El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, debió ser operado este domingo para tratar una obstrucción parcial del intestino. El dirigente de la derecha brasileña tuvo que ser trasladado a Brasilia en un avión sanitario desde la ciudad de Natal, en donde se encontraba hospitalizado por una descompensación que sufrió durante un acto de campaña, la cual tuvo que abandonar por la situación que atraviesa su salud.

Desde el centro médico de la capital del país vecino en donde se encuentra internado desde el sábado, se comunicó que al exmandatario se le practicó una laparotomía exploratoria para liberar las adherencias intestinales y reconstruir la pared abdominal.

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El senador bolsonarista Rogério Marinho informó en sus redes sociales que Bolsonaro “comenzó a sentir dolores abdominales insoportables” y hubo que “suspender la campaña”.

Tras la descompensación, el expresidente fue sometido a “una reevaluación clínica y quirúrgica” y a nuevas pruebas de laboratorio e imagen que mostraron la persistencia de una subobstrucción intestinal, a pesar del tratamiento recibido en su primer día de ingreso hospitalario. Se trata de una secuela del apuñalamiento sufrido en plena campaña de las elecciones presidenciales de 2018, que lo llevó a la Presidencia de Brasil.

Jair Bolsonaro publicó este sábado en su cuenta de X que su estado de salud continuaba siendo “estable”, aunque afirmó que probablemente tuviera que someterse a una cirugía.

El exmandatario brasileño viene sufriendo problemas digestivos recurrentes desde el 6 de septiembre de 2018, cuando fue apuñalado en la región abdominal por una persona con enfermedad mental. Desde entonces, y como consecuencia de ese atentado, pasó varias veces por el quirófano y sufrió diversos problemas en el estómago y el tracto intestinal.