Así hundieron al barco Kyokko Rúa en el Parque Submarino Cristo Rey
En la ciudad de Mar del Plata se llevó a cabo un nuevo hundimiento controlado de un buque inactivo, ampliando de esta manera el Parque Submarino Cristo Rey que está ubicado frente al faro de Punta Mogotes, en el sur marplatense. Se trata del barco remolcador Kyokko Rúa que fue trasladado hasta el banco exterior del parque y sumado como nuevo atractivo para el buceo recreativo y científico. Antes de su inmersión, el buque fue sometido a un riguroso proceso de descontaminación y de despiece interno para garantizar que no existieran residuos o impacto ambiental.
Durante la maniobra, participaron los remolcadores Remarsa I y V.B. Austral, que acompañaron el remolque final hasta el punto de inmersión, en tanto que cada espacio fue acondicionado para garantizar la seguridad de los buzos quienes, a partir de ahora, se dedicarán a explorar y a estudiar el buque.
Kyokko Rúa: nuevo atractivo subacuático marplatense
El hundimiento fue planificado meticulosamente y contó con la aprobación de la Prefectura Naval Argentina. Se retiraron los motores y los equipos peligrosos, se vaciaron los tanques, mientras que el casco fue aligerado para que descendiera sin escora ni torsión. La ubicación final fue fijada entre 24 y 25 metros de profundidad en las aguas exteriores del puerto, lo que permitirá tanto la colonización marina del casco como el uso recreativo del sitio.
El Parque Submarino Cristo Rey tiene su origen en 1981 con el hundimiento de la embarcación homónima, desarrollado por el Centro de Actividades Submarinas Escualo (CASE). Desde entonces se han incorporado varias naves inactivas para ofrecer un sitio único de buceo en la región. Con el Kyokko Rúa, Mar del Plata refuerza su posición como destino de turismo subacuático, combinando patrimonio naval, deporte, ecología y conciencia ambiental.
Este tipo de iniciativas también tiene un impacto positivo en la biodiversidad local, ya que los cascos hundidos actúan como arrecifes artificiales, proporcionando hábitat para peces, crustáceos y otras especies marinas, en tanto que también libera espacio operativo en los muelles interiores del puerto que ya no estaban en uso, lo que representa un doble beneficio.
El objetivo es que el remolcador se convierta en plataforma de inmersión técnica, atrayendo buzos nacionales e internacionales, además de servir a propósitos de investigación sobre colonización biológica, estructuras artificiales y ecología marina en aguas templadas del Atlántico Sur.
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