Así fue el reencuentro de la China Suárez con sus hijos en Turquía
En medio de una nueva etapa personal y profesional, Eugenia La China Suárez volvió a emocionar a sus seguidores al compartir un momento profundamente íntimo: el reencuentro con sus tres hijos, Rufina, Magnolia y Amancio, en Estambul, Turquía.
La China Suárez, que se instaló en ese país hace algunas semanas junto a su pareja Mauro Icardi, publicó una imagen que resume la alegría de volver a abrazar a sus pequeños luego de varios días de distancia. “Mi vida entera”, escribió en sus redes, acompañando la frase con un emoji de corazón rojo.

La postal muestra a los tres niños disfrutando del jardín de su nueva casa, entre risas, juegos y rayos de sol. La escena, sencilla pero cargada de emoción, se convirtió rápidamente en tema de conversación en el mundo del espectáculo y entre sus seguidores, que celebraron el reencuentro familiar como un símbolo de amor y resiliencia.
El reencuentro no fue casual ni improvisado. Los hijos de la China viajaron desde Argentina a Turquía acompañados por su abuela Marcela Riveiro y una niñera, en un operativo cuidadosamente planificado.

Antes de embarcar, fueron fotografiados en el Aeropuerto de Ezeiza, sonrientes y con valijas en mano, listos para cruzar el océano y reencontrarse con su mamá. La organización del viaje fue posible gracias a acuerdos legales entre la actriz y sus exparejas, Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña, padres de Rufina y de Magnolia y Amancio, respectivamente.
Según trascendió, Rufina permanecerá en Estambul para comenzar el colegio allí, mientras que los más pequeños estarán solo por unas semanas, siguiendo sus clases de manera virtual durante la estadía.
Un hogar que se transforma
Este esquema responde a un régimen de visitas acordado por abogados, ya que la comunicación directa entre Suárez y Vicuña se encuentra interrumpida desde hace tiempo. Cada traslado internacional de los menores requiere autorización formal, lo que convierte cada reencuentro en una logística emocional y legal compleja.
Mientras esperaba la llegada de sus hijos, la China y Mauro Icardi se dedicaron a preparar la casa en Estambul para recibirlos. Compras, ajustes y detalles domésticos formaron parte de la rutina previa, con el objetivo de convertir el hogar en un espacio cálido, lleno de juguetes, colores y energía infantil.
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