Valentín Yankelevich, hijo de Romina Yan y Darío Giordano, vive un presente marcado por el crecimiento profesional y una vida personal que empieza a tomar forma a la vista del público. Con apenas 21 años, el piloto de TC 2000 se consolidó como una de las promesas del automovilismo argentino y suele compartir sus avances con los más de 80 mil seguidores que reúne en Instagram. 

En los últimos meses, Valentín Yankelevich comenzó a mostrar que no está solo. Entre entrenamientos, carreras y eventos, aparece una figura que lo acompaña en silencio pero con presencia constante: Valentina Pastore. Su presencia en redes, aunque discreta, despertó el interés de quienes siguen de cerca al hijo de Romina Yan

Quién es Valentina Pastore y cómo comenzó la relación con Valentín Yankelevich

Lejos del mundo del espectáculo y del automovilismo, Valentina Pastore mantiene un perfil bajo que la distingue dentro del entorno de Valentín Yankelevich. Con unos 4 mil seguidores en Instagram y una actividad moderada, elige no posicionarse como figura pública, sino acompañar al piloto fuera de los flashes. 

La pareja compartió su primera imagen pública el pasado 14 de febrero, cuando Valentina publicó una foto junto a él con una dedicatoria simple pero significativa: “Feliz San Valentín, Valentín”. Desde entonces, las publicaciones y comentarios mutuos comenzaron a marcar un vínculo cada vez más consolidado. En una de las últimas fotos que ella subió, Valentín Yankelevich dejó un mensaje que no pasó desapercibido: “completamente enamorado de ti”, acompañado de un emoji de corazón.

La última aparición de Valentín Yankelevich y Valentina Pastore

Aunque Valentín Yankelevich y Valentina Pastore prefieren mantener su intimidad lejos del foco mediático, la pareja dio un paso más al aparecer junta en la fiesta organizada en el Hipódromo de Buenos Aires. Allí se mostraron relajados, cómplices y disfrutando del evento sin esconder su cercanía. 

Mientras Valentín Yankelevich continúa enfocado en su carrera deportiva, Valentina Pastore lo acompaña con bajo perfil, naturalidad y presencia constante. Juntos construyen una relación joven, sin estridencias y cada vez más sólida, que ahora empieza a hacerse visible en uno de los momentos más importantes de la vida del piloto.