Alberto Cormillot contó detalles de sus intimidad y vitalidad en la tercera edad
A sus 87 años, el reconocido médico y nutricionista Alberto Cormillot continúa desafiando estereotipos y prejuicios sobre la vejez con una vitalidad que sorprende y una sinceridad que inspira. En una reciente entrevista, el especialista en salud pública se refirió abiertamente a su vida íntima, su rutina física y emocional, y a cómo enfrenta esta etapa de su vida con entusiasmo, curiosidad y sin tabúes.
Su declaración más resonante: “Existe la sexualidad después de los 80”, se convirtió en un mensaje potente que busca derribar los mitos que rodean a la tercera edad. Durante su participación en el programa Agarrate Catalina por La Once Diez, Alberto Cormillot fue consultado por la periodista Catalina Dlugi sobre su vitalidad y sus declaraciones públicas sobre la sexualidad en la adultez mayor.
Con tranquilidad y honestidad, respondió: “Existe la sexualidad después de los setenta y después de los ochenta. Que uno lo quiera negar, está negando una cosa que existe”. El médico explicó que muchas personas mayores se autolimitan por prejuicios sociales, y que el llamado “viejismo” la discriminación por edad afecta incluso la forma en que se habla de la intimidad.
“Los adultos mayores no pueden tener sexo ni hablar de sexo, ¿no? Eso es una forma de autodiscriminación”, reflexionó, señalando que hay más personas que creen que no pueden, que aquellas que realmente no pueden.
Cormillot aclaró que su intención al hablar de estos temas no es hacer alarde, sino visibilizar una realidad que suele ser ignorada o estigmatizada. “No lo hablé para hacer alarde, lo hablé para decir: ‘Mirá, esto existe’”, expresó, haciendo hincapié en que el deseo y la intimidad no desaparecen con la edad, sino que se transforman y se adaptan a las nuevas circunstancias físicas y emocionales.
En entrevistas anteriores, también ha compartido detalles sobre su vida en pareja con Estefanía Pasquini, con quien tiene un hijo pequeño. “Mi vida sexual sigue activa. No todos los días, eso depende del estado de ánimo y del momento, pero sí, mucho más de una vez por semana”, confesó en diálogo con la revista Gente, agregando que el deseo sigue presente, aunque con algunas variaciones naturales.
Baile, acrobacia y curiosidad sin límites
Además de hablar sobre su intimidad, Cormillot sorprendió al contar que realiza actividades como baile tap y acrobacia de circo, desafiando no solo su edad, sino también sus propias limitaciones físicas. “Yo lo tomo como alguien que tiene una rara facultad para persistir en las cosas que me cuestan mucho trabajo. Me cuesta mucho trabajo y lo tomo como un desafío de aprendizaje”, explicó, reconociendo que no tiene talento físico innato, pero sí una enorme perseverancia.
El médico relató que comenzó con el tap hace años, y que cada año se proponía una muestra. En una de esas presentaciones, decidió hacer algo distinto: “Voy a bajar colgado”, pensó. Y al hacerlo, descubrió que podía realizar movimientos que nunca había imaginado. “Como me da curiosidad y me gusta aprender, ahí aprendí”, dijo, demostrando que la edad no es un límite para explorar nuevas habilidades.
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