A pesar de la pobreza, será un superclásico apasionante



Tengo preguntas para mañana, pero no para el mañana entendido como el futuro, el avenir, el destino incierto que nos espera. No, nada de eso. Ninguna duda filosófica. Tengo preguntas para mañana, para el partido de mañana, el Boca-River del domingo. Tengo un cúmulo de dudas porque es un partido raro. ¿Un superclásico algo devaluado? Puede ser. Boca y River parecen, primero, competir por quién le va peor. ¿Y a quién le va peor? Los dos hicieron muy mal año. Pero creo que, al día de hoy (por supuesto que todo puede cambiar si sale campeón), el año de Boca fue más fallido porque no jugó la Libertadores, lo cual, en un equipo como Boca es entre increíble e inaceptable. Ríver sí jugó la Libertadores pero, al mismo tiempo, bien puede decirse que casi no compitió. Clasificó en octavos por penales contra un equipo malísimo, y perdió en cuartos, por momentos, por paliza. No hay mucho de qué agarrarse tampoco. Y a la vez, en esta parte del año a River sí le está yendo peor que a Boca. Perder contra Gimnasia de local no es algo que le pase a River todos los días (de hecho hacía 20 años que no le pasaba).

Se da entonces una situación curiosa, que no ocurría hace años: Boca parece llegar como levemente favorito al clásico. Por primera vez en mucho, mucho tiempo, Boca tiene un poquito de aire. Un empate contra River lo deja muy cerca de la clasificación a la Libertadores (que la definiría en la última fecha contra Tigre). Mientras que a River un empate lo manda al repechaje de la Copa o hasta puede dejarlo totalmente afuera (por supuesto le quedaría la chance de salir campeón del torneo). Boca tiene esa mínima luz de ventaja. Lo que es evidente es que tener a la clasificación a la Copa por puntos en la tabla anual como objetivo prioritario, para Boca y River es poner la vara bien baja. Pero no les queda otra después del año que hicieron.

Boca viene de dos importantes pero sufridas victorias de visitante contra Barracas y Estudiantes, pero sigue teniendo problemas de juego en todas las líneas, incluido el arco. Sobre River, ya lo escribimos muchas veces en este mismo espacio, es incomprensible que juegue tan mal. Tiene que estar pasando algo de otro orden, pero no sé bien qué. Si no fuera Gallardo, podríamos pensar que hay un problema entre los jugadores y el técnico. Pero no parece ser el caso. No tengo ni idea cómo jugaba el equipo árabe que dirigió, pero en la primera etapa (que fue larga, muy larga) no había un equipo en que se viera mas la mano del técnico que el River de Gallardo. Pero ahora no se nota esa mano.

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River es un equipo sin rumbo. Por eso, para Boca, este superclásico es un partido peligrosísimo. Porque River lo va a jugar como una final, y va a hacer todo lo posible por usar a Boca para salir del pozo. ¿Salvan el año River y Gallardo sin le ganan a Boca? Lejos de eso. Solo salvaría el año si alguno gana el campeonato. Pero sería un impulso muy importante ganar mañana para mostrar que siguen vivos. Boca no tiene que confiarse en esa pequeña ventaja de puntos que lleva. Tiene que jugar el partido también como una final. Es este el clásico de la pobreza (no económica sino futbolística) pero no por eso menos apasionante.





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