Gabriela Sabatini se animó a confesar lo peor que vivió involucrando a su familia: «No podia más»
La extenista que siempre estuvo acompañada por su familia y su hermano Ova Sabatini quien fue fundamental en su carrera obrando de representante. Gabriela llegó a ser número dos del ranking mundial y ganó 27 títulos en el circuito de la WTA, habló con una sinceridad poco habitual sobre una de las decisiones más cuestionadas de su vida: retirarse del tenis profesional a los 26 años, en plena plenitud deportiva.
“Me retiré porque no me daba más la cabeza. Físicamente estaba súper bien, pero ya lo venía procesando”, reveló. Sabatini explicó que el quiebre no fue repentino. El desgaste emocional venía gestándose desde tiempo atrás. “El tema del retiro comenzó en el año 1994, cuando empiezo a trabajar con un psicólogo deportivo para ver qué me pasaba”, recordó.
Como les ocurre a muchos deportistas de alto rendimiento, atravesó un profundo bache emocional: “En un momento de la carrera entrás en un bache y decís ‘no quiero estar acá’”. No era la primera vez que le sucedía. A los 17 años ya había sentido algo similar, pero entonces logró reencontrarse con la pasión.
Sin embargo, a los 26 todo fue distinto. “Fue ahí cuando me exigí al máximo, pero me di cuenta de que era el final”, dijo, con una claridad que todavía impacta. En su testimonio, Gabriela puso el foco en un aspecto muchas veces invisible del deporte profesional: el entorno.
“No es el deporte en sí, sino todo lo que lo rodea: la fama, la prensa, las exigencias, las expectativas. No te das cuenta y te empieza a quemar la cabeza”, confesó. El paso del tiempo le permitió reconciliarse con el tenis desde otro lugar. Ya retirada, volvió a jugar en una exhibición y algo se despertó.
“Volví a jugar de grande y disfruté otra vez, como cuando tenía 13 años”, contó. Sin embargo, también fue contundente al marcar el límite: “Después se convierte en un trabajo, aparecen las presiones y llega un punto en que odiaba al tenis. No quería que eso pase. Respeté lo que sentía”.
En la charla también habló de la timidez que la acompañó desde chica y que influyó en su carrera. “En el colegio me costaba mucho hablar, no me gustaba ser el centro de atención”, recordó. Incluso confesó que, durante años, evitaba llegar a finales para no tener que hablar frente al público.
“Si ganaba tenía que decir algo y no quería saber nada”, admitió entre risas. Hoy, reconciliada con su historia, Gabriela Sabatini disfruta de una vida lejos de la presión, con la serenidad de quien se animó a escuchar lo que sentía, aun cuando el mundo entero no lo entendiera.



