La participación de Araceli González en el programa de Mirtha Legrand dejó uno de los momentos más emotivos de la televisión reciente. La actriz se quebró en llanto al referirse a su vínculo actual con Adrián Suar, su ex pareja y padre de su hijo Tomás, en una charla que rápidamente generó repercusión en redes y en los medios.

Sin embargo, días después del programa, Araceli decidió contar que ese momento no fue vivido con total comodidad.

En una nota con Intrusos, la actriz expresó su enojo con la producción del ciclo de la diva al revelar que había pedido que no se emitiera el fragmento en el que se la veía llorar. “Pedí que cortaran la parte donde yo lloré y no lo hicieron. Y me parece que estuvieron mal”, sostuvo con sinceridad, dejando en claro su malestar por la situación.

Araceli aclaró que su reclamo no fue dirigido a Mirtha Legrand, sino exclusivamente al equipo de producción. “No hablé con Mirtha. Hablé con la producción. Mi pedido fue a la producción”, explicó, remarcando que hubo una conversación posterior con una de las responsables del programa, quien la contuvo emocionalmente.

Aun así, el pedido no fue respetado y el momento salió al aire. Al referirse a la exposición de ese instante, la actriz reflexionó sobre la vulnerabilidad que implica llorar frente a cámara. “Yo no quería mostrarme así. A nadie le gusta llorar frente a cámara porque es mostrarse vulnerable”, señaló, poniendo el foco en los límites entre lo íntimo y lo televisivo.

En ese contexto, Araceli comparó lo ocurrido en la mesa de Mirtha con su reciente participación en el programa de Mario Pergolini. Según relató, en ese ciclo la producción tuvo un cuidado especial respecto a los temas tratados. “En lo de Pergolini me dijeron: ‘¿hay algo que no te gustó y quieras que no salga?’. Y yo les dije que no”, recordó, destacando la diferencia en el trato y la consideración hacia el entrevistado.

El episodio en la mesa de Mirtha se dio cuando la conductora le preguntó por su relación actual con Adrián Suar, una temática sensible para la actriz. En ese momento, Araceli habló del dolor que le genera la distancia con el padre de su hijo y de cómo esa situación la afecta también como madre. La emoción fue tal que no pudo contener las lágrimas, generando uno de los pasajes más comentados del programa.

Pese al malestar con la producción, Araceli dejó en claro que no guarda rencor hacia Mirtha Legrand y que volvería a sentarse en su mesa. “Mirtha me viene llamando hace cuatro años y siempre decía que no. Volvería a ir”, afirmó, aunque reconoció que intentaría evitar una situación similar en el futuro.

De este modo, la actriz abrió un debate sobre los límites de la exposición emocional en televisión y el rol de las producciones a la hora de cuidar a sus invitados, en un episodio que sigue generando repercusión mediática.