Este jueves, Joaquín Alfredo Pérez, el joven de 29 años acusado por el femicidio de Érica Almirón, fue trasladado a la fiscalía del caso, decidió no declarar y designó nuevo abogado defensor. El imputado había sido detenido el lunes, cuando intentaba abandonar la provincia a bordo de un colectivo de larga distancia.

Durante su detención en Corrientes, Pérez fue interceptado con una mochila en la que llevaba los teléfonos celulares de la víctima y de su actual pareja. Además, sus padres entregaron a la Policía una carta manuscrita que el acusado habría dejado antes de fugarse, en la que reconoce haber actuado por “orgullo y celos”.

“Sé que la deshonré con mis actitudes. Le fallé a Érica, a mi familia y me arruiné solo”, escribió. En otro fragmento, expresó: “He ido a buscar venganza con Érica. Creo que ella está viva, pero sé que me va a denunciar”.

La causa es investigada por la fiscal María Noel Benítez, bajo la figura penal de femicidio, una de las calificaciones más graves del Código Penal.

La fiscal detalló que el cuerpo de Érica presentaba lesiones en el cuello compatibles con asfixia, aunque aún se esperan los resultados de las pericias toxicológicas y complementarias. También se detectó un fuerte olor a gas en el ambiente y la presencia de productos de limpieza cerca del cuerpo.

Pérez no registraba denuncias anteriores por violencia de género, pero su conducta posterior al crimen, sumada a los elementos encontrados en su poder y al contenido de la carta, refuerzan la hipótesis de un homicidio en contexto de violencia de género.